la standaridad llega a su cúspide. la sonrisa, el saludo, la proactividad, la actitud positiva y servicial permanente y más aún cuando estas actitudes son vapuleadas por el hombre de la gran silla, retórica envolvente, farsante tragahorashombre, amarrador de mentes y comprador privilegiado del silencio y subordinación para todo buen
«s»
tengo una extraña sensación de melancolía y nostalgia por unos tiempos futuros. es como si apreciara tanto estos momentos de mi vida. a la vez me doy cnta que los años pasan y las cosas no resultan como quisiera. siento que esto que estoy viviendo no volverá y las oportunidades se me escapan. soy ajeno a todo esto. debería estar en otro lado haciendo otra cosa. esto de aquí lo veo como un camino, como el antes de. pero mientras tanto hay tantas cosas que me gustarían hacer, tanta vida que se va por el desagüe del humano como producto. tal vez soy un tonto en quejarme y sentirme infeliz por el cómo funcionan las cosas. pero una venda a los ojos no me hará sentir mejor. necesito ahcer musica. y tengo muchas complicaciones para hacer esto. siento que estoy perdiendo el camino. que estoy cayendo en el hoyo.
Sin embargo, terminaré lo que empecé. Y si la standaridad es el precio a pagar pues lo destruiré absolutamente todo de la manera más célebre posible y me dedicaré a otra cosa